Aunque Marrakech tiene muchos encantos como las shishas con fragancias de manzana, no hay nada que supere salir de la ciudad y adentrarse en la silenciosa cordillera del Atlas. El lugar es un paraíso para los excursionistas; podrán encontrar tranquilos pueblos bereberes con fragancias suaves de miel y arroyos de agua cristalina. Sus espectaculares vistas son lo que estabas buscando. Arriésgate a subir hasta el pico más alto del norte de África, el monte Tubqal, a dos horas en coche de Marrakech. Por el camino, detente para admirar los impresionantes arcos moriscos simétricos del siglo XII en la mezquita Tin Mal.

La costa atlántica de Marruecos tiene mucho que ofrecer tanto para los que buscan la emoción como para los amantes del sol. En menos de tres horas en coche al oeste de Marrakech se encuentran las amplias costas de la playa Esauira. Aunque el agua puede estar fría, la zona de arena es un sitio muy popular entre los locales, y hay mucho por hacer: desde kite surfing y montar a camello hasta disfrutar de un buen tajín en uno de los restaurantes costeros. A una distancia de tres horas al sur por la costa se encuentra la popular ciudad resort de Agadir. Sus 10 km de arena fina la hacen un convincente destino de playa.

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Marrakech es una gran ciudad con todo el esplendor morisco, capital imperial de Marruecos con sus espectaculares palacios, suntuosos riads y el elevado minarete de 77 m de la mezquita Kutubía. El amplio palacio en ruinas El Badi, construido en 1578, contrasta claramente con el palacio de la Bahía del siglo XIX, con todos los suelos con azulejos, los patios agradables y los jardines impecables. Sin embargo, ambos ofrecen un atisbo de la rica historia de la ciudad.

Para saborear completamente la vida moderna en Marrakech, dirígete a la plaza de Jamaa el Fna al atardecer. Esta plaza con el histórico mercado, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, estalla con el ajetreo de los mercaderes, los encantadores de serpientes, acróbatas, cuentacuentos y músicos, tal como se ha ido haciendo durante siglos. Adéntrate en el laberinto colorido de sus zocos adjuntos para navegar por una variedad arrolladora de especias, tapices, joyería, esculturas y recuerdos. Prepárate para regatear para conseguir tu mercancía, ya que esa es parte de la experiencia.

Cuando ya hayas disfrutado de todos los ruidos y los colores saturados, dirígete hacia un hamam tradicional. Podrás elegir entre un gran abanico de tratamientos según tus gustos: desde un buen baño y frotado en los baños públicos hasta los tratamientos más sofisticados, con saunas con fragancias de rosa o un masaje en un spa de lujo. Despéjate luego con una relajante tisana de menta fresca.

Las personas que alquilan con frecuencia reciben una mejora de categoría de vehículo y días adicionales gratis si se dan de alta en el programa de fidelización Avis Preferred.